Jorge,
intimo amigo de la familia. Colega y compañero de trabajo con Roberto. Ambos
vinculados en negocios, pero ¿qué clase de negocios hacían? Jamás me lo han
dicho. ¿Por qué Roberto había tenido un accidente? ¿Lola tenia algo que ver con
todo esto? ¿Mi novio y mi mejor amiga eran amantes? Ya no sabia que pensar.
Lo
que si tenía bien presente: era el amor tan grande que sentía por Roberto. Después
de algunos días decidí regresar a México. Mi vida ya no era igual. Por más que
intentaba olvidarlo lo tenía presente en cada lugar. Cada recuerdo que habíamos
vivido era inolvidable. Me llamaba y no respondía. Ya no quería saber nada de
él.
Un
día, al llegar de la universidad encontré sobre mi cama una rosa negra, con una
nota que decía: “Bienvenida a un nuevo mundo.
Ahora solo recibirás lágrimas”.
No tenía
sentido eso, pero me dio miedo ¿recibir lágrimas? ¿Por qué o para qué? Hace mucho
tiempo que no sabía nada de esos traicioneros. Ignore aquello y continúe
haciendo mis cosas. Luego de un rato me llego una carta. Era Roberto; no sabía
que sentir. La leí y en ella decía:
“Hola mi amor, sabes te extraño tanto. Sé
que no quieres saber nada de mi, pero ya estoy bien, Gracias por haber estado a
mi lado en el hospital, por preocuparte tanto y sobre todo por hacer todo lo
posible para que estuviera bien.
No quisiera perderte por nada. Eres el amor
de mi vida. Lo único que me queda decirte es que te cuides mucho. Si es
necesario daré mi vida para protegerte.
¿Recuerdas aquellos negocios, a los que me
dedico con Jorge? No son buenos amor, y ahora ya me llegaron las consecuencias.
¿Creías que el accidente fue casualidad? Pues no.
No andes sola en la calle. Te buscaran, no
respetaran tu vida y todo es mi culpa. Quisiera estar a tu lado para cuidarte. Te
amo.”
Aquella
carta me había dejado boquiabierta. ¿De quien o quienes debía cuidarme? Yo no
tenía relación con ellos y sus negocios. Mi vida en peligro y yo embarazada. Mi
deber era cuidar a mi bebé. Roberto no sabía que era su hijo y por el momento no
se lo diría.
Me senté
a descansar un poco. Tome el periódico y de inmediato me fui a la sección
policiaca. Encontré una noticia muy impactante:
“Se encuentra cadáver abandonado en un río.
Según la identificación el nombre de este es: Dolores García Chávez. Fue
asesinada por narcotraficantes. Le dieron el tiro de gracia”
¿Dolores
García Chávez? Ella era mi amiga, Lola. ¿Cómo era posible eso? Solo quería que
todo esto fuera una horrible pesadilla. Le rogaba a Dios que esto no estuviera
pasando. Comencé a llorar, pues a pesar de lo que hizo había sido mi amiga.
Trate de llamarle a Roberto para preguntarle si era verdad. Me contesto un
hombre y lo único que dijo fue: “Tu novio
no está disponible. Debemos arreglar algunos asuntos pendientes pero lo podrás
encontrar en el panteón”.
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